Cincinnati aún no conoce la victoria esta temporada, y se encuentra frente a complicadas decisiones.
Difícil decisión para el entrenador en jefe de los Cincinnati Bengals, Zac Taylor, ante la reaparición de la lesión de pantorrilla que mantuvo a su mariscal, Joe Burrow, marginado de los entrenamientos, situación que ha impactado negativamente el desarrollo ofensivo de su equipo, del cual se esperaba mucho más, incluso con tan poco tiempo avanzado en la temporada.
El propio quarterback lo admitió en conferencia de prensa tras la derrota del pasado domingo ante Baltimore: “es difícil cuando no puedes participar en la pretemporada; necesitas entrar en ritmo, y esto lo hace más difícil”.
Previo al inicio de la temporada, todo parece indicar que la decisión del head coach fue generar un plan de juego que le permitiera a su mariscal no forzar demasiado esa pantorrilla y no demandar jugadas demasiado largas, para no arriesgar una captura fortuita o una carrera en medio de una jugada rota. Joe Burrow ha sido en 2023 uno de los tres mariscales más veloces para soltar el balón, junto con sus compañeros de generación Justin Herbert, y Tua Tagovailoa, este último el más veloz, de acuerdo a las mediciones del presente torneo.
Sin embargo, este estilo de ofensiva estilo californiano no le ha venido bien al número nueve de los Bengals, principalmente porque el árbol de rutas de sus receptores no ha sido explotado al cien por ciento en este estilo, por un playcalling conservador, y una notable falta de precisión en el juego de apertura contra Cleveland, en el que el mariscal lució fuera de tiempo, revolucionado en exceso y notablemente desincronizado de sus objetivos.
La línea ofensiva, dolor de cabeza de las últimas temporadas para el equipo de la “ciudad reina”, no ha sido un factor que afecte de manera negativa el plan de juego, a diferencia de lo que un análisis superficial podría indicar.
La adición de Orlando Brown Jr. ha cumplido con las expectativas hasta ahora, cuidando el lado ciego de su quarterback de manera efectiva, mientras que Jonah Williams se ha ido acostumbrando positivamente cubriendo el tackle derecho, enfrentando satisfactoriamente a disruptores como Myles Garrett y aleros peligrosos como ZaDarius Smith o Jadeveon Clowney.
Dos duelos divisionales le pasaron una cara factura a los Cincinnati Bengals, que no sólo se rezagan dentro de la AFC Norte, sino dentro de la conferencia, con una marca de cero ganados, que ha quedado demostrado, es posible sobreponerla.
Sin embargo, este equipo no parece tener la solidez del año pasado o de las expectativas para la temporada actual, porque la lesión de su motor, el mariscal de campo, no ha sido el único problema notorio en el campo de juego; el perímetro, que aún tiene mucho por asentar, jugando juntos por primera vez gracias a la salida de dos profundos y un esquinero, mientras que Chidobe Awuzie regresa de una lesión, se conjunta con una línea defensiva que no ha logrado tener el impacto de la temporada pasada, lo cual se vio reflejado en una paupérrima producción contra Baltimore en la que no lograron capturas de mariscal, intercambios de balón, ni intercepciones.
No es momento de ser fatalistas, la temporada se encuentra en un punto en el que falta mucho por mejorar, ajustar y trabajar.
Sin embargo, la cabeza del equipo, se encuentra en un cruce de caminos en el que debe decidir con precisión si es hora de sentar nuevamente a su jugador más importante, a fin de darle descanso y tenerlo de vuelta en el momento adecuado en las mejores condiciones.
Una decisión más sencilla de escribir que de tomar, porque representa poner en un escenario de 50/50 cada juego, dejando el destino del equipo en el resto de sus skill players, buscando que el juego de conjunto se imponga a las individualidades, situación que no le es ajena al equipo, recurso al que hasta hoy no ha sido necesario recurrir en una probable ausencia de Joe Burrow.
La realidad es que estos Bengals aún deben de trabajar por obtener su primera victoria; lo siguiente serán los escalones necesarios para refrendar la condición de referente en la AFC, sin embargo, este primer paso, luce como el más complicado.
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