Estados Unidos sufrió el martes lo que podría ser el más duro golpe, pero no sólo por la posibilidad de perder medallas, sino por lo que significa que su máxima estrella, la gimnasta Simone Biles se haya retirado de la final por equipos, abriendo el camino a que Rusia se quedara con el oro.
«Tengo que concentrarme en mi salud mental», dijo Biles. «A veces siento que tengo el mundo sobre mis hombros», declaro Biles unos días antes de la prueba.
Biles, la máxima figura estadounidense y una de las mayores figuras en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 ha acusado la presión de estar siempre en los reflectores, y la lesión que sufrió después de su primer salto y que la obligó a vestir el uniforme completo y a quedarse en la arena, acompañando a sus compañeras y dándole la estafeta a Jordan Chiles provoca inquietud en su equipo.
La gimnasta texana estaba llamada a conseguir seis medallas de oro, pero al menos la primera por equipos, ya se convirtió en plata, luego de que el equipo ruso terminó la prueba con 169.528, seguido por EE.UU. con 166.096. El bronce lo consiguió Gran Bretaña.
Y nadie sabrá si con Biles la historia habría sido diferente, aunque es muy probable, porque su suplente Jordan Chiles cumplió bien en barras asimétricas y barra de equilibrio, pero en ejercicios en el piso sí sufrió penalizaciones que le pusieron el camino libre a sus rivales.
Aunque Biles dejó la prueba recién empezada, de cualquier forma conquistó la medalla de plata por haber sido parte del equipo.
Ahora toda la delegación estadounidense espera ver qué ocurrirá con Biles, pero el hecho de que se haya quedado en el Ariake Gymnastics Centre acompañando a su equipo, en vez de acudir a un chequeo médico, podría indicar que la lesión no fue tan fuerte.
También podría servirle como descanso físico y mental para llegar el jueves a la final del All Around de Gimnasia, la pruebás más exigente y demandante en donde no tendrá opción de buscar una suplente.
