El club Manchester United aseguró que sus empleados no dieron acceso al estadio de Old Trafford a un grupo de unos 200 aficionados que irrumpieron el domingo durante el partido ante Liverpool y que obligaron a que tuviera que suspenderse el partido.
El club de la Premier League consideró el acto como una «actividad criminal», luego de que cientos de furiosos hinchas lanzaron protestas contra la familia Glazer, propietarios del equipo.
«Han existido rumores en los medios y en las redes sociales de los que los agresores accedieron al estadio por una puerta abierta por empleados del club. Esto es totalmente incorrecto», informó el Manchester United en un comunicado.
«Tras saltarse las barreras fuera del estadio y el perímetro de seguridad, algunos aficionados subieron por las puertas al final del túnel de Múnich, forzaron el acceso a la puerta lateral de la grada, antes de abrir una puerta exterior que permitió que el grupo pudiera entrar al campo», señaló el club.
La policía del Gran Manchester confirmó que arrestó a una persona luego de las protestas que provocaron lesiones en seis oficiales de policía.
Los Glazer ya eran cuestionados por la pérdida de valor del Manchester United en los últimos años, pues nunca les perdonaron el haber adquirido el club en 2005.
Pero lo que detonó las protestas fue el papel que jugaron en el proyecto de la Superliga, lo cual provocó la furia de los hinchas del United.
